CONTRIBUCIÓN
Cada persona en el equipo está para contribuir. Eso es lo que se espera de ella: cumplir unas funciones establecidas y empeñar todo su esfuerzo en lograr, junto con los demás, los objetivos comunes, sabiendo que así se consiguen también los objetivos personales de la tarea profesional. Incluso la contribución es la base del pacto laboral: yo me obligo a una prestación (mis servicios), y a cambio recibo una contraprestación (remuneración, seguridad social, capacitación, etc.). Hablando en términos de justicia conmutativa, “doy para que des” como base elemental del trabajo que determina la medida básica mínima de mi contribución al equipo. Pero en un equipo la contribución debe ir más allá de lo pactado.
Existe el riego de que las personas se limiten a un cumplimiento estricto de las funciones que tienen. Pueden caer en un tipo de cumplimiento que se convierte en el cumplo (hago todo lo que está previsto en el manual de funciones) y miento (me limito a eso y no hago más de lo que está previsto, no me planteo que hay situaciones en las que me tocaría hacer cosas no previstas porque la responsabilidad así me lo exige).
Partimos del hecho sencillo de que no sólo el equipo logra más que cada uno de sus miembros sino que cada uno de estos logra más con el equipo que si trabajara solo. Por eso la contribución no se puede medir en términos de contribución-retribución de tipo jurídico-laboral. Es necesario convencerse de ello poniendo en práctica las ideas claves para que el trabajo en equipo sea exitoso. Quien dirige o coordina un equipo debe acudir a diferentes motivos (desde los más materiales hasta los más espirituales) para que la persona se automotive, desencadene su impulso interior para actuar y sea
productivo en términos del grupo, o sea, mejore constantemente su contribución. Para ello puede ayudar:
− Participar ideas y objetivos
− Fomentar la creatividad personal
− Ver la repercusión de cada persona en el resultado conjunto
− Compartir sus logros y los del equipo
− Dar y facilitar un clima de confianza
− Revisar procesos
− Tomar decisiones en equipo
− Fomentar la consulta a quienes son fuertes en un campo en el que obtuvieron logros
− Criticar sincera y respetuosamente.
− Intercambiar funciones para mejorar la visión global
Desde el comienzo, el mensaje para cada miembro del grupo es: la contribución es inversamente proporcional a la pérdida de energías y directamente proporcional a una utilización adecuada del talento y la experiencia de cada uno. Si no hay una contribución equitativa y generosa se afectan las expectativas de todos y de los beneficiarios de la acción del equipo, el resto d la empresa, los clientes, la comunidad.
Cuando, por ejemplo, la comunidad espera unos resultados fruto del trabajo conjunto de varios departamentos o divisiones de una misma entidad pública, el fallo de los miembros de un equipo de un departamento, o de ese departamento frente a los otros, hace perder confianza a esa comunidad en la eficacia de la tarea que se realiza favor de ellas. La causa puede ser que hay personas queriendo aportar menos o que valoran menos la contribución de los otros miembros del equipo o de los otros equipos o, peor aún, que existe una rivalidad entre departamentos para ver quien se gana a la comunidad.
a) Propósitos y planes de acción
Así como deben estar de claros la visión la misión y los objetivos institucionales, cada equipo debe tener muy precisos sus objetivos como equipo y muy bien definidas las tareas y los objetivos de cada persona para impulsar su cumplimiento. Para eso ayuda que la persona elabore su plan de acción de modo que quien coordina pueda ayudarle a cumplirlo.
El grupo debe poner en práctica la idea de que la contribución desborda el marco del cumplimiento de reglas. Independientemente de que haya personas con un factor marcado de “contribuidores”, a las cuales les pueden salir más naturalmente la actitud de colaboración, todo el mundo debe seguir un ritmo de contribución eficaz impulsado desde su factor dominante sea conductor, persuasor, promotor, relacionador, analizador, coordinador, sostenedor o implementador (terminología DISC de Success Insight).
Incluso algunas reuniones del equipo deben dedicarse a examinar a fondo el grado de contribución de cada miembro, desde su estilo propio, y a medir la productividad del conjunto. De ahí pueden salir decisiones importantes para fortalecer conocimientos, habilidades o aspectos de la formación personal que ayudarán a incrementar la efectividad. Además, puede hacerse una reasignación de funciones para superar los rendimientos menos altos.
No basta estar en un equipo y sentirse satisfecho con el trabajo en él. Hay que revisar permanentemente el rendimiento, los resultados esperados frente a los producidos realmente. No hay que acentuar las diferencias en los aportes sino más bien aprovechar para ver cómo se pueden alcanzar los niveles más altos de rendimiento por parte de quienes se han retrasado en el logro de sus objetivos
b) Hay que trabajar de cara al objetivo común y él señala la medida de la contribución
“No hay cabida en el equipo (afirma Mario Cuervo Castañeda) para quien no esté en disponibilidad de hacer algo en bien del común, que nadie más hará por él”
La importancia de la contribución de cada uno se basa en:
− Su propio potencial
− Apoyo en el potencial de los demás
− Utilización de los recursos
− Creatividad e iniciativa
− Conocer el porte de cada miembro
Si hay conocimiento compartido de la visión, cada uno podrá saber también como, a través de sus objetivos dentro del equipo y de los objetivos de éste, se está contribuyendo a la marcha del conjunto y a los resultados que se traducen en el cliente, público o comunidad. Yo no estoy trabajando para mí mismo o solo para mi equipo, empresa o entidad: estoy realmente aportando a una causa común, a incrementar el capital social (Lo importante no es tanto lo que yo conozco sino con quien trabajo y para quien trabajo).
La persona que contribuye adecuadamente es aquella que está dirigida a cumplir la tarea común, y quien comparte los recursos y la información y realiza los procedimientos adecuados para impulsar a través de su trabajo al equipo, de modo que se mejoren los índices de rendimiento y productividad. Necesariamente quien contribuye tiene un grado de dependencia frente al grupo pero no se queda mirando lo que esa dependencia implica o fijándose en las diferencias, sino en lo que une y en lo que pueden lograr juntos. Está siempre apoyando la integración de esfuerzos, la mejora de los métodos organizativos y el clima de cooperación y comunicación en el equipo.
Hay que estar revisando diferentes aspectos para poder comprobar la contribución:
• Cronograma de trabajo del equipo y papel de cada miembro en su cumplimiento
• Niveles de productividad según los objetivos estratégicos
• Mantenimiento y actualización de recursos
• Retroalimentación de tareas
• Reconocimiento y motivación
• Opinión de los beneficiarios de la acción de los equipos y de la entidad.
• Grado de confianza entre los miembros
• Grado de comunicación y participación logrado.
• Forma como se han resuelto los problemas
• Efectividad de la coordinación.
El equipo de trabajo debe buscar que su contribución sea la más exitosa, y para ello no deberá escatimar esfuerzos en la capacitación de sus miembros en el mejoramiento de sus habilidades y en el desarrollo de sus capacidades, previo conocimiento de las mismas. Combinará el optimismo ante las metas con el realismo de los resultados y con la calidad de la estrategia empleada, lo mismo que el grado de compromiso alcanzado entre sus miembros y la actitud frente a los desafíos planteados para examinar si se teme al riego o si se afronta con inteligente cautela..
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