Sabemos
que el tema de la motivación de los vendedores es complejo y que nosotros no
podemos motivar a nadie desde cero, pues todo el mundo ya está motivado, pero
para lo suyo, no lo nuestro.
También
sabemos que las acciones de los jefes tienen mucha influencia en las actitudes
y la disposición de sus colaboradores, recomendamos a los supervisores y
gerentes de ventas dos acciones sencillas y efectivas que pueden tener un
enorme impacto en la motivación de sus vendedores.
Los
profesores Fernando Jaramillo y Jay Prakash Mulki publicaron en 2008 un estudio sobre la motivación de la gente
de ventas, el cual de- muestra que los vendedores se esfuerzan más y obtienen
mejores resultados cuando se cumplen cuatro condiciones:
1. Sus jefes emplean un estilo de liderazgo
caracterizado por el apoyo.
2. Ellos creen que sus clientes son exigentes.
3. Tienen percepciones favorables de sus
capacidades.
4. Son personas a quienes el trabajo de ventas
las “motiva”.
Para
fines del estudio, los investigadores usaron como evidencia de motivación la
intensidad de los esfuerzos de los vendedores y su tendencia a enfocar su
energía en las actividades idóneas para alcanzar las metas. Dicho de otra
manera, los vendedores más motivados son los que trabajan más y de manera más
inteligente.
El
estudio identifica uno de los factores clave que diferencian a los vendedores
más pro- ductivos de los demás: los colaboradores más exitosos confían en sus
capacidades para hacer lo necesario y alcanzar sus metas de trabajo. Por esto
mismo, a los líderes de equipo les conviene dedicar tiempo y esfuerzo al
fomento de un autoconcepto positivo en sus colaboradores.
Para
muchos gerentes de ventas, el primer reto respecto a lo anterior es tomar el
tiempo necesario para observar a sus vendedores y centrar su atención en lo que
hacen bien, en lugar de estar al pendiente casi exclusivamente de los
resultados (cuánto venden) y de los errores por corregir. Esto no quiere decir
que esté mal hacer coaching enfocado al mejoramiento. El punto es prestar más
atención de la habitual a lo que los vendedores hacen bien.
Hay
muchas alternativas para afianzar la mentalidad que dice “yo sí puedo” y que
refleja una autopercepción positiva. Para empezar, recomendamos llevar a la
práctica dos ideas sencillas y efectivas para afianzar la autoestima de tus
vendedores.
Recuerda el
efecto Pigmalión
Este
extraño nombre viene de la mitología griega. Relata la historia de un escultor
que se enamoró de una de sus esculturas. Hoy se re- cuerda el nombre por la
famosa obra de teatro Pygmalion, de George Bernard Shaw, que en español se
conoce como Mi bella dama. Se trata de la profecía autocumplida.
Hace
años, investigadores educativos descubrieron que las expectativas que tienen
los maestros respecto a sus alumnos tienden a cumplirse. El efecto puede ser
positivo o negativo. Cuando las expectativas son bajas, el des- empeño del
estudiante disminuye y, en cambio, cuando las expectativas son altas, el
desempeño tiende a “subir” en un intento por alcanzar- las. Si mi padre o mi
maestro me dicen “Tú no sirves para las matemáticas”, lo más probable es que
acepte ese juicio y me sienta incapaz de aprender esa materia. Éste es “el efecto
Pigmalión”, la profecía autocumplida.
Está
comprobado que “el efecto Pigmalión” se hace presente en el entorno laboral.
Cuando el jefe tiene expectativas bajas respecto a un colaborador, los
resultados de éste suelen ser inferiores. En cambio, cuando las expectativas
son altas, generalmente se observan niveles de desempeño superiores.
¿Por qué
tienden a cumplirse las profecías?
De la misma manera que las expectativas de los
padres y los maestros influyen en el desempeño de los niños, en el mundo del
trabajo está bien documentado el hecho de que el liderazgo de los jefes influye
en la autoestima, las conductas y las actitudes de sus colabora- dores. Cuando
sus jefes demuestran confianza en sus capacidades, los colaboradores están más
propensos a creer que sus acciones darán buenos resultados, están más
dispuestos a aceptar las metas y su confianza los motiva a esforzarse más. Como
dice Max De Pree: los resultados del liderazgo se observan en los
colaboradores.
La
lección de lo anterior para los supervisores y gerentes de ventas es tan
importante como obvia. Si quieres tener vendedores capaces, seguros de sí
mismos y dispuestos a esforzarse más, primero es necesario crear en tu mente −y
después manifestar a tus vendedores− expectativas positivas respecto a ellos y
sus capacidades.
También
puedes ayudar a tus colaboradores a sustituir sus expectativas negativas (A mí
no me sale… Yo no sirvo para… No soy bueno para… Este prospecto no va a querer
comprar…) por otras que sean positivas (Cada vez me sale mejor…, Voy a
encontrar la manera de hacer que diga cuál es la verdadera…, Con las ventajas
que ofrecemos, no podrán decirme “no”).
Por
importante que sea la elaboración de expectativas positivas, éstas por sí solas
no se traducen milagrosamente en buenos resultados. Los pensamientos no son
mágicos. Sólo son el punto de partida.
Ejercicio
práctico
Para
empezar a crear expectativas positivas y conscientes respecto a tus
colaboradores, recomendamos llevar a cabo la acción descrita a continuación.
Observa
a tus vendedores en acción frente a sus clientes y prospectos y, después, anota
para cada uno de tus colaboradores algunas expectativas exigentes y realistas
que reflejen sus fortalezas. Por ejemplo:
Arturo
es capaz de incrementar el número de visitas que hace por semana y puede
mejorar su productividad cuando lleva a cabo una buena planeación de sus
entrevistas con clientes.
María
usa hábilmente sus conocimientos de nuestros productos y de la competencia para
hacerles ver a los prospectos las ventajas de escogernos a nosotros. Cuando lo
hace, suben sus ventas, especialmente de los productos nuevos.
Rodolfo
hace buenas preguntas que le ayudan a descubrir cuáles son las mejores
estrategias para influir en las decisiones de sus clientes. Cuando lo hace,
gana espacio a la competencia.
Para
cada uno de tus vendedores, redacta tres o más expectativas que comuniquen
confianza en sus capacidades actuales. Coméntalas una por semana con cada
vendedor y verás incrementos en sus esfuerzos y mejoras en sus resultados.
En
la medida de lo posible, limita la conversación a la expectativa en sí y las
acciones que la acompañan.
Habla
de manera clara y concisa. Para demostrar que el comentario “va en serio” y que
es importante y sincero, coméntalo (conversa sobre él) nuevamente unos días o
semanas más tarde.
Si
quieres tener vendedores que por su propia cuenta se esfuercen más y lo hagan
de una manera cada vez más efectiva, toma en cuenta las siguientes
recomendaciones:
1. Observa su trabajo y crea expectativas positivas
y exigentes respecto a ellos con base en sus fortalezas.
2. Anota las expectativas.
3. Comenta con ellos tus expectativas, una a la
vez, y vuelve a conversar acerca de la misma unos días o semanas más tarde.
Decide
ahora mismo si quieres afianzar la auto- percepción de tus vendedores y fija
una fecha para empezar. Puede ser la acción más efectiva que lleves a cabo este
mes.
Les
desea buenas ventas, John Fischer
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